Blaise Matuidi de Juventus al Inter de Miami.

El restyling de la Juve alcanza su punto máximo con la llegada de Andrea Pirlo al banquillo, pero no se detiene ahí. Es necesario hacerse con la plantilla y tomar decisiones que tengan en cuenta los aspectos técnicos, económicos y presupuestarios. Desde esta perspectiva, entendemos la decisión de vender a Blaise Matuidi, un jugador que a sus 33 años y con un fuerte contrato (salario neto de 3,5 millones hasta 2021) ya no forma parte de los planes de la compañía. Con su venta (cercana al acuerdo con el Inter Miami) los bianconeri se ahorrarían al menos parte del sueldo, con una clara ventaja en el balance del club.  

En todo esto hay que tener en cuenta un fuerte descenso de la actuación de los franceses. Lo cual, debe recordarse, también tuvo que lidiar con la positividad del Coronavirus. Matuidi es un centrocampista que siempre ha hecho del atletismo su punto fuerte, característica que recientemente ha fallado. Técnico, económico y de planificación: la decisión de la Juve de separarse de los franceses maduró teniendo en cuenta los diferentes aspectos de la historia. A pesar de que el ex del PSG es un jugador clave tanto con Allegri como, sobre todo en la primera parte de temporada, con Sarri.  

Llegado en verano de 2017 tras una larga negociación con el PSG (el centrocampista caducaría con los parisinos un año después), Matuidi se labró de inmediato un papel importante en el tablero de Massimiliano Allegri. En particular, su flexibilidad y su atletismo permitieron al entrenador del Livorno utilizar al francés como un verdadero bromista en el medio campo. Emblemático, en este sentido, fue su "deslizamiento" hacia la izquierda en un mediocampo de cuatro hombres en la fase de no posesión, una jugada que garantizó a la Juve un interesante equilibrio con y sin balón. Incluso Sarri nunca ha ocultado la importancia de Blaise: su posición detrás de Ronaldo permitió a CR7 concentrarse exclusivamente en la fase de ataque, con el precioso francés cubriendo incluso las espaldas derechas de sus oponentes. Pero la tendencia a la baja de los últimos meses y las opciones fuera del campo han llevado a la dirección de la Juventus a elegir la separación. En nombre del restyling.